Saturday, March 24, 2007


Cuando luchaban los cientos contra los muchos miles
Cuando la vida se entrecruzó con la cordura temerosa
La muerte no vino a tu rescate, no pensó en ti
Caricia repentina que ya no está más.

Una vez te vi, estabas pensando, muriendo
Con las sienes doloridas, el pecho anudado
Los cabellos sucios y antiguos
El vientre apretado, la espalda rasgada de tanto mirar hacia atrás

Él escucha su música, recuerda sus momentos
Yo no debí estar en ese lugar, menos a esas horas
Las garras del grifo terrible no me espantaron
Parecí un Arimaspo, pero cada momento fue muerte.

La cordura con que me soportaste fue mi triunfo
Enloquecí lentamente, con decoro, sin escándalos
Halcones me vuelan alrededor, me tomarán
Inevitablemente me quebrantaré en tu pecho.

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